Catala (1969) hace referencia al
régimen carcelario durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez.
Las autoridades del Penal están integradas
por el teniente Pedro Ramírez Celis, Jefe de la Guardia Nacional; Juan Manuel
Payares, Director y Alfredo Martínez, Administrador. El trato dado por estas
autoridades a los secuestrados ha estado en todo momento ajustado a las
características del régimen perezjimenista, basado en el despotismo que inspira
y regimenta el teniente Ramírez Celis, un hombre ancestral cortado según el
tipo primitivo de nuestra fauna social. Este teniente fue un hombre que durante
los primeros meses de estada en Guasina, obligó a los presos a trabajar horario
corrido hasta los domingos, pues que "en la ociosidad no podían sino
maquinar malos pensamientos conspirativos”. Fue este mismo teniente quien dio
orden a la Guardia Nacional de disparar a matar, y sin previo aviso, al notar
el menor movimiento que pudiera ser sospechoso de subversión; lo cual indica
que no existe garantía alguna para la vida de los secuestrados. Por otra parte,
y no obstante la digna disciplina observada por los cautivos, allí se planea
todos los días a enfermos y ancianos sin consideración ni discriminación
alguna. Uno de los casos más conmovedores fue el del joven Luis Aguirre, quien
luego de haber sido obligado a desnudarse en presencia de presos y carceleros,
fue tan bestialmente planeado, que muchos de sus compañeros -imposibilitados
como estaban de acudir en su auxilio- lloraron de dolor y de ira, hondamente
conmovidos por la desgarradora escena que se les había obligado a presenciar. (p. 117 - 118)
Catala J. (1969). La Denuncia, crímenes y torturas en el régimen de Marcos Pérez Jiménez. Caracas, Venezuela.
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